martes. 19.03.2024
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A sus 22 años, el cabrejano Alejandro Puerta Cantalapiedra puede decir que es uno de los músicos sorianos con mayor proyección de futuro. Así lo definen muchos de los que lo conocen, quienes también le consideran “un revolucionario de la cultura”. Características que él matiza desde su humildad, puntualizando que simplemente su función es hacer la música clásica atractiva a los jóvenes, “hay tendencia a verla como aburrida, pero luego son ellos los primeros que se emocionan con una banda sonora o con la música de un anuncio”.

Y es que este pinariego, que compagina sus estudios de Dirección de Orquesta con 5º de arquitectura en Madrid, es el fundador y director de la orquesta Joecom (Joven Orquesta de Estudiantes y Colegios Mayores) que comenzó con siete personas y que hoy está formada por 70 músicos. Un proyecto que surgió al descubrir que en el colegio mayor donde se instaló no había nada que le enganchara a seguir con el piano al mismo tiempo que los estudios. A día de hoy, ese proyecto ya es todo un éxito y actuarán el 2 de marzo en el Auditorio Nacional de Madrid. “Hemos pasado de hace un año tocar en una cafetería a esto, es un cambio brutal”, confiesa.

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Pero no queda todo aquí. Este joven pinariego, además, ha creado una nueva orquesta hace unos meses: la de la Universidad Politécnica de Madrid, “y que ha salido con bastante potencial”, reconoce. Ambos proyectos, con una proyección de futuro muy importante, aunque él declara que intenta vivir el presente con la mayor intensidad posible, “y el futuro ya vendrá como consecuencia de ello. Sobre todo quiero seguir aprendiendo música, para lo que creo que necesitaré alguna vida más, es maravillosa”.

Por toda esta experiencia fue elegido como ponente el pasado noviembre en el encuentro TEDx de Valladolid, donde solo los mejores exponen en solo 13 minutos sus ideas revolucionarias. “La experiencia fue brutal. Un evento maravilloso, en el que pude compartir escenario con auténticos “cerebritos”. Di una charla en la que desarrollaba precisamente lo qué está pasando con la clásica actualmente”.

Cuando Alejandro Puerta tiene un fin de semana libre -los menos- regresa al pueblo. “Cabrejas es el pueblo de origen de mi padre y en el que viven mi abuela Cándida y mi tía Berna, a las que quiero con locura. Desde pequeño siempre voy a disfrutar de la mayor tranquilidad que tengo en todo el año. Las cosas que se aprenden en un pueblo son especiales”, concluye el artista.

La música, desde otra perspectiva, también es posible