Tras una década de representaciones, los vecinos de Molinos de Duero revivirán el ya popular Vía Crucis que recorre el sendero paralelo al río, desde las seis de la tarde del viernes 14 de abril desde la ermita del Santo Cristo a la plaza principal.
Quienes se encargan de la organización, saben que no es fácil sacar adelante la propuesta, que se ha convertido en una referencia de las actividades en grupo, coordinación y necesidad de incorporar muchos trajes, objetos y enseres.
Cuesta también encontrar a la persona que todos los años quiera hacer el papel de Jesucristo, eje central del Vía Crucis viviente.
El paso se sigue marcando a ritmo de tambores y realizando las paradas en cada paso. El momento álgido, y tras el agradable recorrido, es el alzamiento de la cruz, hasta la imagen del Cristo crucificado.
Posteriormente, colaboradores e intervinientes disfrutan de una cena en buena compañía, tras haber recogido todo lo necesario para aportar más realismo a la puesta en escena.
A pesar de los inconvenientes que acarrea no poder reunir a todos los que intervienen para ensayos y preparativos, el resultado siempre es fabuloso, poniendo lo mejor que cada uno sabe, desde las lecciones iniciales de Fernando Óscar Pérez para aprender el sonido de los tambores coordinado y acústico.
El alcalde, Miguel Bonilla, valora la colaboración de vecinos y visitantes de estas fechas y ve como cada año tiene una proyección mayor, y un sitio muy importante en la Semana Santa de estas tierras.
